Despeñaperros: Cascada de la Cimbarra

Ruta realizada el Lunes 05/10/2020

Dificultad Física
Dificultad Técnica
7.1 km
41 m
225 Km Distancia Madrid
2h23'
1h41'
Características Terreno No hay información sobre el terreno

Participantes: Alfredo, Domingo, Félix, Pepe

Mas detalle ruta

Temperatura media: 28.2
Descarga ruta: Senderismo-Aldeaquemada-Cascada-la-Cimbarra-.gpx
Reproductor audio crónica:

Nada más salir del Mirador del Jardín de Despeñaperros (Castañar de Valdeazores), nos detuvimos en el mirador de Despeñaperros, donde tuvimos otra sesión de fotos, con buitres incorporados.

La carretera a Aldeaquemada es de las de antes, estrechita, curva va curva viene. Vamos, que nos tiramos un rato ascendiendo a un pinar inabarcable, para luego bajarlo. En mitad de curveteo, nos encontramos un ciervo que se quedó mirándonos, extrañado de ver a alguien por allí.

**** ATENCIÓN no existe el video VID_20201005_133513.mp4 en el álbum de Google de la crónica

En Aldeaquemada entramos a saco, ya con ganas de comer. Metimos el coche en la plaza, solo para comprobar que no tenía salida. Al dar marcha atrás, el hondita se dio un golpe en los bajos con un escalón. Todos los del pueblo miraban y en un momento nos hicimos famosos. Salimos de la puñetera plaza, aparcamos y volvimos, dispuestos a comer, en línea y en cámara lenta, como en «Elegidos para la gloria».

Putos escalones…


Al dueño de «La Cruz» le jorobamos el lunes. Pensaba que no iba a tener clientes y le llegan 4 gansos de Madrid de repente. De primero unas alubias y los segundos diversos y más flojitos, en especial los boquerones a la andaluza de Félix, que parecían de otra comunidad. Después de unos cafés emprendimos rumbo al nuestro último objetivo.
Por si quieres culturizarte
Para todavía más detalle y dártelas de geólogo.

El camino muy normalito. En 45 minutos llegas a la cascada. Todo muy bien señalizado. El paisaje cambia radicalmente y, desde luego, no te esperas que haya ese cortado.

A la vuelta no vimos ni ciervos, ni jabalíes ni a nadie. Llegamos a Santa Elena y Alfredo nos dejó porque prefería jugar al golf y a las obras.

Pensamos en irnos a la Carolina pero finalmente nos quedamos en el pueblo, dando un paseito por su casco antiguo con monumentos (tiene sus cositas muy realzadas) iluminados por luces de colores, al más puro estilo «local de carretera». Además esto permitió a Pepe meterse entre pecho y espalda un purito, que ya tenía ganas.

Decidimos cenar algo ligero en el otro sitio que había en el pueblo, aparte del hotel. Por supuesto, no lo conseguimos y nos pusimos ciegos. Después de un licor, nos retiramos a nuestras habitaciones de alto standing dispuestos a pedalear nuestro último día en Despeñaperros.

Otras fotos: Link Álbum

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